Nos propusimos abordar de una manera aparentemente desvinculada de la temática central de la fecha (35 años del golpe militar). Claro que para la araña no está descolgado si no más bien encadenado.
El golpe del 76 tuvo una aceptación por parte de la población civil que de alguna manera le dieron legitimidad y en nuestro contexto también es una buena parte de la población la que está dispuesta a perder libertades para menguar su sensación de inseguridad. La discusión sobre la baja de la edad de imputabilidad a menores, la promesa de tolerancia 0, las torturas en la cárcel y la creciente judicialización de la protesta son muestra de esta cesión que esta parte de la población está dispuesta a hacer. En este sentido un ejemplo notorio en los últimos tiempos es la cantidad de cámaras instaladas en la ciudad y en los departamentos de Mendoza. Y lo peor es el grado de naturalidad con que fueron aceptadas.
El golpe del 76 tuvo una aceptación por parte de la población civil que de alguna manera le dieron legitimidad y en nuestro contexto también es una buena parte de la población la que está dispuesta a perder libertades para menguar su sensación de inseguridad. La discusión sobre la baja de la edad de imputabilidad a menores, la promesa de tolerancia 0, las torturas en la cárcel y la creciente judicialización de la protesta son muestra de esta cesión que esta parte de la población está dispuesta a hacer. En este sentido un ejemplo notorio en los últimos tiempos es la cantidad de cámaras instaladas en la ciudad y en los departamentos de Mendoza. Y lo peor es el grado de naturalidad con que fueron aceptadas.
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